Grimod de la Reyniere o la gastronomía militante -- Sobre los golosos y la golosinería -- Sobre los anfitriones -- Sobre l aperitivo y la primera copa -- Sore la segunda copa -- Sobre los mayordomos -- Cómo se sirve una mesa -- Cómo se sirve la copa -- Sobre la sopa -- Sobre el desayuno -- Del almuerzo -- Sobre la merienda -- De la cena -- Sobre los funestos efectos del amor propio -- Sobre el asado -- Sobre las salsas -- Sobre las mostaza y los jarabes -- Variedades nutritivas -- Algunas anécdotas golosas -- Sobre el saber vivir -- Discurso del verdadero goloso -- De la vecindad en la mesa -- De las canciones en la mesa -- Del itinerario nutritivo -- Del postre -- La pastelería y los pasteles -- De las frutas -- Del queso y de los quesos -- Del vino -- De la cerveza -- Sobre la sidra -- De los licores -- Del café -- De los estimulantes -- De los baños -- De la salud de los cocineros -- Medio fácil y nuevo de recobrar el apetito -- De la importancia de las invitaciones -- De algunos deberes recíprocos -- De algunas distracciones en la mesa -- De las ceremonias en la mesa -- De los brindis -- De los compromisos y sus abandonos -- Jornada campestre de un goloso -- De las meriendas campestres y golosas -- De los anfitriones rurales -- De los almuerzos improvisados -- De los que comen habitualmente fuera de casa -- Algunas palabras sobre la cuchillería -- Sobre los utensilios de cocina -- De la porcelana -- De las indigestiones -- De la manera de crear huevos monstruosos -- De un asado sin igual

"Figura eximia de los siglos XVIII y XIX, Grimod de la Reyniere puede codearse con lo más granado de su tiempo Sade incluido. Más allá de la cocina, hoy se le relee como un cronista agudo de su época. Él mismo fue el primero en entender la cocina como un hecho voluptuoso (casi sexual) y, al mimo tiempo, como un fenómeno semiológico. En este sentido, su modernidad sorprende" (Tomado del libro)